Ciertos alimentos pueden ser adictivos
Muchas veces nos lo planteamos, y ahora un estudio que dará lugar a un libro que será publicado dentro de unos meses lo viene a confirmar: algunas personas reaccionan a ciertos alimentos de la misma manera que un alcohólico o drogadicto se engancha a su droga.
Estudio sobre alimentos adictivos
Un equipo de investigación de la Universidad de Yale estudió los vínculos entre los síntomas de adicción a la comida y la activación neuronal en casi medio centenar de mujeres jóvenes con un indice de masa corporal que abarca desde delgadas a obesas.
Como resultado, descubrieron que las personas con un comportamiento adictivo al comer parecen tener una mayor actividad neuronal en las mismas regiones cerebrales que las personas con dependencia de sustancias. Lo que les lleva a pensar que existe un proceso adictivo entre las causas que conducen a la obesidad.
Llegados a este punto, la cuestión que cabe plantearse es: ¿por qué algunas personas reaccionan con tendencias adictivas al ver o saborear determinados alimentos como refrescos, chocolatinas o bolsas de patatas fritas, y en cambio no experimentan una reacción comparable con los hidratos de carbono, como por ejemplo la fruta fresca?, o ¿por qué un jugoso filete no produce estas mismas tendencias adictivas?
La conclusión de los investigadores es que estas reacciones adictivas son más probables en alimentos refinados, alimentos envasados y modernas combinaciones de alimentos no naturales que han sido cada vez más frecuentes en las últimas décadas. ¿Pero por qué? Probablemente por el azúcar.
Consecuencias de los alimentos adictivos
Hoy en día para muchos científicos no cabe duda de que hay ciertos alimentos adictivos. Muchas investigaciones científicas sugieren que el consumo de azúcar, en cualquiera de sus formas, puede ser el culpable. Nuestro cuerpo es perfectamente capaz de consumir, procesar y cribar los nutrientes de los alimentos naturales, sin embargo, son los productos fabricados por el hombre los que están causando problemas.
El aumento de la obesidad y otras enfermedades modernas como el cáncer, enfermedades cardiovasculares, diabetes, hipertensión, triglicéridos altos y la hipoglucemia – por nombrar algunos –, junto con los llamados alimentos adictivos, son el resultado final de un consumo excesivo de estos alimentos modernos muy presentes en nuestra dieta diaria.
Estos alimentos modernos están deliberadamente diseñados para estimular y excitar nuestras papilas gustativas y el cerebro. Todos ellos contienen hidratos de carbono refinados, a los que se añaden refinados edulcorantes – tanto reales como artificiales –, las problemáticas grasas trans, grandes cantidades de ácidos grasos omega-6 de aceites vegetales, sal, productos químicos artificiales, colorantes y aditivos que hacen que estos productos envasados sean letales para nuestra salud y adictivos para muchos.
Los fabricantes lo que tienen en mente es vender más y más, y para ello crear adicción es un factor importante. Además para disipar dudas en ocasiones quieren hacernos creer que si sabe bien, no puede ser tan malo. A menudo utilizan trucos de marketing o de colorantes artificiales alimentarios para engañar a los consumidores haciéndoles pensar que es más saludable de lo que es.