El trabajo engorda

Trabajar de nueve a cinco puede ser la manera de ganarse la vida, pero te puede rellenar más a ti que a tu cartera. Según un nuevo estudio de la Universidad de Montreal, los trabajadores de oficina se han vuelto menos activos durante las últimas tres décadas y esta disminución de la actividad puede explicar en parte el aumento de la obesidad. Ahora resulta que el trabajo engorda, o más bien la manera en que lo desarrollamos.

La gente come mejor y hace más ejercicio hoy de lo que hacían en la década de 1970, sin embargo, las tasas de obesidad continúan aumentando. Resulta paradójico, aunque para Carl-Étienne Juneau, investigador de la Universidad de Montreal, esto se podría deber a que nuestra vida profesional está vinculada a este fenómeno aparentemente contradictorio.

Para analizar la actividad de los 70 hasta hoy, Juneau y sus colegas, utilizaron varias bases de datos de estadísticas Canadá sobre la salud de los canadienses. Concluyó que la falta de actividad física en horas de oficina podría explicar el hecho de que la obesidad haya aumentado un diez por ciento entre 1978 y 2004.

No obstante hubo una grata sorpresa al constatar el aumento de las actitudes saludables hacia el transporte. «Como resultado de la expansión urbana, esperábamos ver a más personas dependientes del automóvil, sin embargo, tanto los hombres como las mujeres adoptan cada vez más comportamientos saludables, tales como caminar y andar en bicicleta, que es definitivamente una buena noticia.»

Para combatir la inactividad y el aumento de la obesidad lo mejor sería integrar el deporte, el trabajo y el transporte. Por ejemplo, puede ser más eficaz ejercitarse en dosis más pequeñas a lo largo del día, en lugar de concentrar el esfuerzo antes o después de la jornada laboral. Por lo tanto, caminar en los descansos y subir las escaleras podría tener grandes beneficios.

Juneau también cree que la promoción y comercialización de ejercicio puede ser modificado. En lugar de enfocar el ejercicio como una actividad individual más, podemos centrarnos en los grupos e incentivar por ejemplo a los empleados que se inscriban a actividades deportivas. Sus hallazgos pueden tener implicaciones para la salud de los millones de personas trabajadoras que pasan su jornada laboral detrás de sus escritorios y que ven como el trabajo engorda su silueta.